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DESTINO FINAL: COMPOSTELA (EL CAMINO DE SANTIAGO)

UNA HISTORIA QUE NO DETIENE

 

Hubo muchos factores que favorecieron el crecimiento de la ciudad. Fue muy importante un privilegio concedido en el 915 por Ordoño II, que decía que el que pudiera permanecer 40 días sin ser reclamado como siervo, podía adquirir el derecho a vivir en Compostela como un hombre libre. La Iglesia de Santiago llegó a ser poderosa, y su autoridad se llegó a extender por toda Galicia, Asturias, la mayor parte de León y muchas de las diócesis de Portugal. Además, Santiago de Compostela se convirtió en un centro feudal gobernado por los obispos, donde fue Coronado algún rey.

Otros factores que fueron determinantes para su desarrollo fueron las peregrinaciones siguiendo el "Camino de  Santiago”, la declaración de "Año Santo" en 1179 y la declaración del privilegio del jubileo en 1181. También fue importante la propaganda aparecida en la Guía del Peregrino de Santiago de Compostela, escrita a principios del siglo XII por el monje francés Aymeric Picaud y recogida en el Códice Calixtino, que fue seguramente la primera guía turística escrita sobre tierras españolas.

El trazado de las calles dentro del recinto amurallado se produjo a lo largo de los siglos XII y XIII. Fue entonces cuando la ciudad resultó diezmada por la peste negra y sufrió un retroceso, del que empezó a salir a partir del año 1380, en que su población volvió a crecer, para tener en el siglo XV entre 4.000 y 5.000 habitantes. En la ciudad surgieron grandes obras, como el Hostal de los Reyes Católicos, el Estudio Viejo -que supuso el nacimiento de la universidad fundada en 1495-, y otros templos y monasterios. En el 1508, fue sede de la Real Audiencia del Reino de Galicia, trasladada a La Coruña en 1578. Y Compostela continuó creciendo hasta que en el siglo XVII sufrió una decadencia, causada por personajes y escritos que dudaban de la autenticidad de los restos venerados en la catedral y ponían en duda los beneficios de las peregrinaciones.

Pero en 1643, Felipe IV estableció a Santiago como patrón único de España e instituyó la Ofrenda Nacional al Apóstol, y posteriores apoyos de la realeza devolvieron a Santiago su pujanza, gracias a la que en el siglo XVIII volvió a tener una gran fama, convirtiéndose en un centro del arte barroco a nivel mundial. La ciudad continuó su andadura por la historia. Los ilustrados abrieron una Sociedad Económica de Amigos del País. Fue baluarta carlista. En 1800 publicó El Catón Compostelano, primer periódico gallego. En el siglo XIX empezó a contar con varias fábricas artesanales. En el XX vio el renacer galleguista con la aparición del Seminario de estudios Galegos.

En 1941 fue declarada Conjunto Histórico-Artístico y Monumento Nacional. Desde 1982 -año en que Juan Pablo II fue el primer Papa peregrino-, se convirtió en la capital de la Comunidad Autónoma de Galicia y sede la Xunta. En 1985 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y hoy, además de ser un centro de peregrinación y haber recibido gran cantidad de premios, es un lugar de turismo, con todas las infraestructuras -hoteles, albergues, hostales, restaurantes y bares- que permiten al visitante descansar, y disfrutar de la ciudad y de las delicias que ofrecen la cocina y la bodega gallega. Sería prolijo citar todos los lugares de interés que se pueden visitar en Santiago. Además de la Catedral, merecen especial mención las plazas que la rodean.

La bella y siempre transitada Plaza del Obradora, de 100 m de largo por 70 de ancho, permite contemplar la fachada más emblemática de la catedral, el magnífico Hostal de los Reyes Católicos, y el Pazo de Raxoi, que aloja el Ayuntamiento y la Xunta de Galicia. Y además de recorrer las Plazas de las Platerías, Quintana y Azabachería, con las tiendas a las que hacen referencia sus nombres, o visitar Fonseca, el cercano Monasterio de San Martín Pinario, y otros palacios, iglesias y museos, vale la pena recorrer a pie el centro urbano, hacer algún alto en sus bares y restaurantes, disfrutar de sus parques y jardines, como la Herradura, y perderse por sus estrechas calles porticadas que nos hablan de viejos tiempos.

EL apóstol, la catedral y la ciudad hoy >>

 

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