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Los apellidos en español

 

EL APELLIDO

El apellido es el nombre antroponímico de la familia con que se distingue a las personas. Por tanto, la identificación o nombre de una persona en la tradición hispánica está compuesto de: nombre de pila (o simplemente nombre, pudiendo ser más de uno) apellido paterno y apellido materno, ordenados por intercalación,  es decir, el primer apellido de una persona es el primer apellido de su padre y el segundo es el primer apellido de su madre.

 

La mayoría de los apellidos, según el origen, se pueden dividir en:

 

LOS APELLIDOS PATRONÍMICOS

Los apellidos patronímicos están muy difundidos y son aquéllos que han sido originados por un nombre de pila / nombre propio. En la antigua Corona de Castilla y en países que fueron sus colonias, se utiliza principalmente la desinencia “-ez”. Por ejemplo, del nombre de pila Lope deriva López.  Sin embargo, algunos apellidos patronímicos no se transformaron y simplemente existen como el nombre que los originó, y que, en algunos casos, ha caído en desuso (como pueden ser, entre otros, Alonso, Bernabé, Bernal, García, o Simón). Otros apellidos patronímicos se forman por sintagma preposicional: Del Frade o Del Frate (‘hijo del fraile’), De los Reyes, etc. Un apellido no patronímico por excelencia es “Expósito” o “Espósito”, que a menudo se daba antiguamente a los infantes abandonados de padres desconocidos.

 

LOS APELLIDOS TOPONÍMICOS

Los apellidos toponímicos son los más difundidos en el mundo hispano. Derivan del nombre del lugar donde vivía, procedía o poseía tierras la persona o familia asociados al apellido. Muchos se encuentran precedidos de la preposición “de”, “del”, “de la” o simplemente son gentilicios, por ejemplo Rodrigo Díaz de Vivar, Ponce de León.   Algunos apellidos toponímicos son: álamo / Alameda, Barcelona / Barceló, Navarra / Navarro.  También se aplica a los accidentes geográficos, o cosas de la naturaleza, de todo lo que el hombre ve y conoce sobre la faz de la Tierra: Cuevas, Hoyos, Montemayor, Montes, Nieves.

Asimismo, los nombres de la flora: árboles (Olmo, Palma, Robles); de flores, muy frecuentemente adoptados por los judíos conversos y los moriscos, (Clavel, Flores, Rosales); de edificaciones o partes de éstas (Castillo, Palacios, Paredes); de animales (Toro, Vaca, Cabeza de Vaca, Águila, Aguilar, Aguilera, Cordero); de partes de una ciudad (Calle, Fuentes, Puente); y de los colores (Blanco, Pardo, Rojo, Verde).

 

LOS APELLIDOS DERIVADOS DE OFICIOS

Los apellidos derivados de oficios o profesiones son aquéllos que derivan del oficio o profesión que ejercía la persona o familia asociada al apellido. Algunos apellidos de oficios o profesiones son: Alférez, Carpintero, Guerrero, Hidalgo, Verdugo, Zapatero.

 

LOS APELLIDOS DE APODOS O DE DESCRIPCIONES

También tenemos los apellidos de apodos o de descripciones: aquéllos que derivan de una descripción o algún apodo de la persona o familia asociada al apellido. Algunos apellidos de apodos o descripción física son: Aguado, Alegre, Barriga, Cabello, Calvo, Lozano, Pequeño.

Algunos apellidos compuestos como San Basilio, San Martín, Santana, o en general aquellos que comienzan con San, Santa o Santo o Santos nacieron entre otros casos, en épocas de la Santa Inquisición española, cuando los sefardíes, moriscos, gitanos y otras etnias tuvieron que huir y cambiar de apellidos usando estos compuestos. Un caso particular es el de Santos, de origen judío español, que debido a la persecución de la Iglesia Católica, forzó a quienes llevaban este apellido a emigrar a Italia y este apellido se italianizó Santi. Otro ejemplo de un apellido español italianizado que es Borja y que cambió para Borgia.

 

LOS APELLIDOS CASTELLANIZADOS

Los apellidos castellanizados son aquéllos que no tienen un origen hispano, pero que con la influencia del idioma castellano fueron transformándose con una grafía o gramaticalmente a lo más parecido en la fonética española. Son castellanizados algunos apellidos de procedencia indígena, siendo común que algunos apellidos fueran adaptados a otros ya existentes debido a que tienen una fonética similar. Algunos ejemplos son: Farías, de origen portugués (Fariao); Gallardo, procede del francés (Gaillard); Jara, del árabe “lleno de vegetación”  y Moctezuma que proviene del emperador azteca.

 

 

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