SITEMAP  -   ALGEMENE VOORWAARDEN  -  DISCLAIMER  -  PRIVACY

S P A A N S  ¡ M E   G U S T A !

PIZARRO EN CAJAMARCA

LOS "13 DE LA FAMA"

 

Para unos, aquellos barcos significaban la salvación; para Pizarro, la claudicación a un sueño. Y así, no dispuesto a sucumbir, el castellano saco su espada y ante la atónita mirada de los presentes trazo una línea en el suelo de este a oeste. Uno de los lados representaba el regreso, la tierra segura y firme de Panamá; el otro, lo ignoto, la aventura de lo desconocido. Era el momento de que cada cual decidiese su destino. Un gesto que recuerda en mucho al de su "primo" Cortés, cuando quemó las naves para evitar la marcha atrás, solo que Pizarro sí dio la oportunidad a sus hombres de elegir entre la gloria y el olvido. De los 80 hombres que le acompañaban, solo 13 cruzaron la línea. Serían aquellos a los que desde ese instante se conocería como los Trece de la fama y a los que Pizarro trataría hasta el fin de sus días con especial atención, incluido con el reparto del botín que estaba por llegar. La suerte pronto comenzaría a cambiar.

Cuadro. Representación pictórica de la captura de Atahualpa.En los días siguientes, el piloto Bartolomé Ruiz de Estrada se topo con una embarcación que transportaba a varios indígenas ataviados con adornos de oro. Más tarde se toparon con otra, y con otra, y con una escuadra de ellas que les llevo a la ciudad de Tumbes, la primera del Imperio Inca que les puso en el buen sendero hacia las riquezas infinitas. Francisco Pizarro, sabedor de la importancia del hallazgo, regresó raudo a España para negociar con el emperador Carlos V el reparto de aquellas tierras recién descubiertas a las que se llamo Nueva Castilla. En las capitulaciones, firmadas en Toledo el 26 de junio de 1529, se establecía el nombramiento de Pizarro como gobernador y adelantado mayor del territorio que sometiera bajo su espada, tarea para la que contó desde ese momento con sus hermanos. Comenzaba a forjarse la leyenda familiar.

 

 

La leyenda del origen >>

Terug