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CULTURA ARGENTINA: LA HISTORIA DEL MATE. B1-B2

TERUG

TRADICIÓN GUARANÍ
El mate viene de los indígenas nativos a la mayor parte del territorio argentino, los guaraníes. Antes de la llegada de los españoles, los guaraníes usaban mucho el mate. Lo “masticaban o colocaban en una calabaza con agua y sorbían, usando sus dientes como filtro o por medio de un canuto de caña. Según ellos, lejos de aflojarlos, estas hojas les daban mayor resistencia para las largas marchas o para realizar las labores diarias” (Carabajal).La palabra “mate” viene del idioma guaraní. Ellos lo llamaban “CAA-MATE, de cuyos términos “caá” significa en idioma guaraní “planta o hierba”, en tanto que
“mate”, se supone derivado de la palabra quichua “matí”, con la cual designaban a la calabacilla que usaban en general para beber” (Cobiella).
El mate formaba gran parte de la vida de los guaraníes, hasta incorporarse a su folclore. Existen varias versiones de una leyenda del nacimiento del mate, pero por lo general se trata de un cuento así: Un día la luna, Yací, y la nube, Araí, bajaron a la tierra para ver la selva. Durante el día un viejo cazador guaraní las salvó de un tigre. Por la noche el viejo soñaba que la luna le hablaba, diciendo: “Queremos darte las gracias por salvar nuestras vidas. Fuiste muy valiente, por eso voy a entregarte un premio y un secreto. Mañana, cuando despiertes, vas a encontrar ante tu puerta una planta nueva: llamada caá. Con sus hojas, tostadas y molidas, se prepara una infusión que acerca los corazones y ahuyenta la soledad. Es mi regalo para vos, tus hijos y los hijos de tus hijos…” El viejo encontró la planta, siguió sus instrucciones, y finalmente “probó la nueva bebida. El recipiente fue pasando de mano en mano: había nacido el mate” (Leyenda del mate).
EL PERÍODO COLONIAL
Cuando llegaron los españoles al Nuevo Mundo, pronto descubrieron el mate de los guaraníes. Diferentes fuentes citan varios conquistadores que supuestamente “descubrieron” el mate, pero lo más común es atribuirlo a Hernando Arias de Saavedra, que en el año 1544 observó a los guaraníes usando la yerba (Krebs).
Muy pronto, el consumo se extendió hasta llegar a ser “un intenso tráfico regular del producto, desde su zona de origen a todo el virreinato” (Cobiella). Luego, los jesuitas tenían un papel decisivo en el aumento del mate, porque empezaron el cultivo organizado de la yerba: “introdujeron el cultivo en algunas de sus ‘reducciones’ o ‘misiones’” en el noreste de la Argentina y el Paraguay (Cobiella).
Pero en 1767 el rey de España expulsó a los jesuitas de todo el imperio español, por varias razones políticas. Tras el abandono de las misiones en Argentina vino “el abandono de los yerbales cultivados por” los jesuitas (Cobiella). Este dio luz a un período de decadencia para el mate, pero a pesar de esto, sobrevivía el cultivo en varios lugares, como se puede ver en la importancia continua del mate durante este tiempo.

EL PERÍODO DURANTE Y DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA
En 1810 empezó la lucha por la independencia en Buenos Aires y, por extensión, en todo el Virreinato del Río de la Plata. Fue un proceso muy largo que duró hasta los años 1820, pero aún después de la independencia la Argentina tenía guerras civiles casi sin fin.
Durante este tiempo surgió la figura nacional del gaucho. El gaucho es básicamente el “cowboy” argentino. Vive a caballo en las pampas, trabaja con el ganado, y vive una vida muy simple y solitaria: el caballo, la naturaleza, la independencia personal, y la compañía infrecuente de algunos otros gauchos. Muchos gauchos servían además como soldados en el ejército de la independencia o de las varias guerras civiles. En general, “estos relatos, como tantos otros, han hecho del gaucho un personaje mítico, que con el tiempo se fue transformando en un arquetipo de los ‘valores esenciales del ser argentino’” (El gaucho).
El mate fue muy central a la vida de los gauchos — hoy en día, quizás la imagen más conocida de la vida gauchesca es pensar en dos o tres gauchos tomando mate alrededor de un fogón aislado en medio de las pampas.
Los gauchos no eran los únicos que tomaban mate durante este período, sino que casi todos lo tomaban. En la clase alta, el mate tenía un papel interesante en el cortejo formal entre amantes, porque servía como un lenguaje oculto entre ellos. Muchas fuentes describen este lenguaje, pero la mayoría no describe cómo funcionaba. Funcionaba más o menos así: el hombre tradicionalmente venía a cortejar a la mujer en su casa (la casa de sus padres), pero ellos nunca podían hablar a solas. Ella le servía mate, y entonces se desarrolló este lenguaje para que se comuniquen a través del mate. Por ejemplo:
“Mate dulce: Amistad.
Mate muy dulce: “Hablá con mis padres” (sobre el casamiento).
Mate muy caliente: “Yo también estoy ardiendo de amor por ti”.
Mate con té: indiferencia.
Mate hirviendo: odio”.
(de Hojas sueltas y El mate en Argentina)
Obviamente ya no se usa este “lenguaje del mate”, pero es un fenómeno muy interesante en la historia.
EL MATE HOY EN DÍA
Hoy en día, el mate no sólo tiene un cultivo muy moderno, sino que también es una presencia continua en todas partes de la Argentina (Cobiella, Scutellá). De hecho, “un estudio del Instituto de la Yerba Mate, muestra que la infusión tiene una presencia en 98% de las casas del país” (El mate, en todos los hogares argentinos). Los argentinos no sólo lo toman en la casa, sino en todos partes: en el trabajo, con amigos, con la familia, en el parque, en el coche, en la universidad, en la plaza . . . en todo el país.